¿Por qué debería compensar mis emisiones de CO2?

Basta con ver el punto en el que nos encontramos hoy en día, con el cambio climático siendo por fin considerado por todos como una realidad innegable y una amenaza para nuestro futuro.

Volverse neutro en CO2

Como ciudadano, tienes dos formas de volverte neutro en CO2:

  • Reduciendo tus emisiones a cero.
  • Compensando tus emisiones a través de un proyecto de Captura y Almacenamiento de CO2 (Carbon Capture and Storage - CCS) o de un proyecto para evitar emisiones.

Pero la mejor solución consiste en hacer ambas cosas: reducir todo lo que puedas y compensar lo que quede.

En Tree-Nation hemos desarrollado un método que explora este último paso.

Escuchar (o no) al consenso público

En teoría, tiene sentido centrarse en comenzar por reducir las emisiones, ya que tarde o temprano tendremos que dar ese paso para parar el cambio climático. Hace 20 años, ésta probablemente habría sido la mejor decisión. No obstante, hoy en día hemos alcanzado un punto en el que reducir nuestras emisiones a cero no sería suficiente para parar el cambio climático, ya que también es necesario capturar el CO2 ya emitido que está flotando en nuestra atmósfera. De igual modo, la compensación es esencial para ralentizar la llegada del punto de no retorno en el que el cambio climático se vuelva irreversible. Por lo tanto, la compensación nos permite ganar un tiempo muy necesario para completar la transición hacia la sostenibilidad.

Para que la Tierra se mantenga en 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, el plan del Acuerdo de París incluye soluciones de almacenamiento de CO2. Sin compensación de CO2, estaríamos hablando de un mundo 3 o 4 ºC por encima de los niveles preindustriales; en otras palabras, de una situación apocalíptica.

Hace 15 años, la opinión pública (o tendencia) se centraba al 100 % en la reducción. La compensación se veía incluso como algo negativo, ya que podría usarse como excusa para no reducir.

En 2006, en nuestros comienzos, Tree-Nation recibió una carta de Greenpeace que nos instaba a detener todas nuestras actividades. Pero no lo hicimos.

Hace 5 años, la opinión pública cambió: no solo se aceptaba la compensación, sino que se empezaba a ver como una parte de la solución.

Hoy en día el cambio es todavía mayor: la compensación no solo se ve como algo esencial, sino que ¡algunos la consideran como la solución más económica y rápida para luchar contra el cambio climático!

¡Cuánto camino hemos recorrido en estos 15 años! Cuando empezamos con Tree-Nation en 2006, estábamos orgullosos de ser pioneros. Esto a menudo supone ir a contracorriente, y creemos que es importante no dormirse en los laureles, es decir, no dejarnos llevar por la comodidad que nos aporta hoy en día el hecho de coincidir con la opinión pública.

Nuestra misión es mirar hacia el futuro. Siempre lo ha sido.

El mañana es lo que importa. Creemos que la opinión pública volverá a cambiar y terminará por dejar de considerar la compensación como una solución secundaria o una parte del cambio, sino como lo primero que debemos hacer. Te explicamos por qué a continuación.

Reducir las emisiones es difícil

Dejémoslo claro: es imperativo reducir las emisiones. Hay que hacerlo, no hay otro remedio. Lo que aquí te ofrecemos es un método para conseguir reducir tus emisiones más rápidamente, no una forma de escapar de este deber ineludible.

La cruda realidad es que reducir emisiones es muy difícil. Y además, lleva tiempo. Basta con ver la posición en la que nos encontramos hoy en día: aunque el cambio climático es por fin considerado por todos como una realidad innegable y todas las empresas son conscientes de ello, estas siguen vendiendo productos y servicios que contaminan. Y de momento la gente los sigue comprando. No ha habido un cambio drástico, exceptuando el increíble éxito que se ha alcanzado en algunas industrias específicas como las de la energía (concretamente la solar) y el transporte (con los vehículos eléctricos).

La transición hacia la sostenibilidad no debería subestimarse. Esta es la razón por la que puede que 'reducir primero, compensar después' no sea lo adecuado para ti.

El problema es el tiempo

Siempre que pienses en el cambio climático, deberías imaginártelo como una bomba de relojería: es cuestión de tiempo. Tan solo tenemos unos pocos años antes de que el cambio climático alcance un punto de no retorno que lo haga irreversible.

Y siempre que pienses en la sostenibilidad, deberías pensar en ella como en un proceso, una transición que no se logra en un solo día. Con nosotros, a menudo escucharás el término transición sostenible para reflejar el hecho de que no se trata de un proceso de todo o nada, sino que requiere tiempo y muchos pasos a seguir.

Por lo tanto, tienes que pensar en tu transición sostenible desde un punto de vista temporal. Por un lado, tienes que ir lo más rápido posible porque el cambio climático así lo requiere; por el otro, se trata de un proceso meticuloso que lleva tiempo, por mucho que lo quieras acortar. El tiempo es la verdadera razón por la que hemos desarrollado nuestra propia metodología.