Algunos de nuestros proyectos vienen certificados por terceros y otros no.
Cada tipo de proyecto aporta sus propios beneficios. A pesar de su nomenclatura, de ninguna manera consideramos los proyectos no certificados como siendo de menor calidad. Estas son sólo dos estrategias diferentes e igual de válidas para plantar árboles.
Tree-Nation combina su propio conjunto de herramientas de medición de CO2 complementadas con estándares de verificación y certificación independientes para cumplir con los requisitos más altos de compensación de CO2. Este artículo se centra en las certificaciones.
¿Por qué certificar?
Las certificaciones de gestión forestal y de CO2 de terceros aportan un segundo nivel de garantía, externo a Tree-Nation, para una máxima transparencia. Crean estándares que permiten a los proyectos de reforestación recibir el apoyo financiero de colaboradores a gran escala.
¿Qué certificaciones?
Nos sentimos muy orgullosos de trabajar con VCS, Gold Standard y Plan Vivo.
Estos son los mejores y más reconocidos estándares de certificación que existen en nuestro campo.
Límites de certificación
A pesar de sus evidentes beneficios, las certificaciones de CO2 también son procesos muy complejos y costosos que requieren años para establecerse y exigen mucho trabajo adicional para el plantador. Por esa razón, una certificación de CO2 sólo tiene sentido para proyectos a gran escala centrados en el CO2. A menudo, este simplemente no es el propósito de un proyecto, ya que los árboles tienen muchos beneficios además de la retención de carbono: como fuente de alimentos y hierbas medicinales o para mejorar la productividad del suelo y luchar contra la desertificación y la deforestación. Si bien las certificaciones van más allá del carbono, a veces pueden estar orientadas a la industria y no siempre enfocadas en especies de árboles nativas.
Una estrategia diferente
En un proyecto con certificación de CO2, a menudo los árboles seleccionados son árboles destinados a producir madera que no proporcionarán ningún beneficio económico directo a los propietarios durante los próximos 20 a 30 años. Por lo general, la estrategia para estos proyectos certificados consiste en pagar a los pequeños propietarios una modesta suma todos los años por cada árbol que siga vivo. Esos pagos pueden abarcar hasta 20 o 30 años y proporcionan un estímulo económico para los propietarios, así como una garantía sólida y una buena manera de contabilizar los árboles.
Cuando un proyecto no está certificado, rara vez se da este tipo de planteamiento, lo que implica que debe haber otro incentivo para que los propietarios tengan interés en proteger sus árboles. Por eso en estos casos los beneficios económicos deben estar directamente ligados a la cosecha obtenida de los árboles. Esto pasa por un trabajo inicial con los propietarios para definir las especies que quieren en función de los beneficios que les puede proporcionar cada especie. Entonces tiene sentido centrarse en las especies que pueden proporcionar ingresos a los propietarios en un período de tiempo relativamente breve (4-5 años), como los árboles frutales. Plantar árboles requiere un gran esfuerzo por parte de los propietarios, esfuerzo que entienden como una inversión en sus tierras. Este enfoque puede alcanzar los mismos niveles de motivación y resultados positivos que los proyectos certificados siendo a la vez mucho más económico, ya que no es necesario pagar una remuneración adicional a los propietarios cada año. También elimina los riesgos derivados del apoyo financiero constante que los proyectos certificados requieren durante mucho tiempo.
Nuestra opinión
En Tree-Nation, para cumplir con nuestra misión de reforestar el mundo, creemos que debemos trabajar tanto con proyectos certificados como no certificados.
Los proyectos no certificados rara vez tienen la escala, el propósito o los recursos económicos para pasar por un proceso de certificación. Estos proyectos representan la gran mayoría del sector de la reforestación y creemos que muchos proyectos a pequeña escala brindan muchos beneficios en términos de adaptabilidad, gama de biodiversidad y alcance económico para las poblaciones locales. Por lo tanto, estos proyectos bien merecen nuestro apoyo. Al colaborar con estos proyectos en su etapa inicial, también les ayudamos a alcanzar una escala que, en un momento dado, podría permitirles solicitar una certificación en una etapa posterior de desarrollo.
En resumen, reconocemos los beneficios y limitaciones de cada sistema y consideramos que son atractivos para distintos públicos. Tener ambos tipos de proyectos nos permite tener un mayor impacto y cumplir mejor con nuestra misión.
Ejemplos de beneficios de proyectos no certificados:
- Un proyecto de lucha contra la desertificación no será eficaz para compensar CO2, pero obtendrá buenos resultados en la mejora de la seguridad alimentaria y la restauración de la tierra.
- Un proyecto a pequeña escala será muy adecuado para aumentar la biodiversidad, aumentar la cubierta arbórea o proteger las especies en peligro de extinción, al tiempo que brinda soluciones adaptadas y ajustadas a un área y población específicas.
- La mayoría de los proyectos europeos normalmente no cuentan con una certificación de CO2, ya que este no es su principal beneficio (los árboles crecen lentamente en Europa y, por lo tanto, la captura de carbono lleva tiempo), pero pueden revertir algunos de los daños que sufrieron nuestros paisajes debido a la industrialización.